Me desperté sobresaltada, con el corazón agitado y con lágrimas en los ojos. Estaba claro que era una pesadilla, pero no recordaba nada. Solo sentía la presión que oprimía mi pecho; necesitaba llorar, aunque no sabía por qué. Me incorporé y me dirigí hacia el cuarto de baño para despejarme y echarme agua en la cara. Volví a la cama y seguí durmiendo. A la noche siguiente se repitió la misma historia, y así sucesivamente, hasta que un día me di cuenta de que aquella pesadilla se estaba haciendo realidad. (Irene Ortiz, 2º ESO A.)
Este blog está disponible para todos los alumnos del IES Ilíberis que son amantes de las letras, para todos aquellos que sueñan con crear un mundo propio, con palabras a las que saben dar un sentido nuevo. Es también un homenaje a la literatura, que tuvo en los años setenta del siglo pasado un programa de televisión con este mismo título, por el que pasaron los mejores escritores de aquel momento.
sábado, 29 de noviembre de 2014
viernes, 26 de septiembre de 2014
Microrrelato
No comió, no bebió, no besó, no abrazó, no rio, no peleó, no jugó, no lloró. Cuando la muerte llegó, se dijo: "Este nunca había vivido". (Raquel Arias García, 2º ESO A.)
lunes, 3 de marzo de 2014
El secreto de la muerte (Novela por entregas: primera entrega)
EL SECRETO DE LA
MUERTE
CAPÍTULO 1: UN
PRINCIPIO ALGO DISTINTO.
Muchas
personas dicen que la muerte no existe, otras sí, yo solo pienso que se termina
algo para empezar una nueva etapa. Os presento la historia de una joven que se
llama Hirosi:
En
la biblioteca:
– Álex, ¿has encontrado
algo?
– No pero en este libro
hay una cosa fascinante y nunca vista...
– ¿Qué es?
– Por mí.-Le enseña una
foto de una mujer-. ¿Ves?
– Menudo perturbado.
– No .
– Es la guardiana de la
vida en el paraíso, dicen que desapareció cuando el señor oscuro de mis sueños
quiso entrar para corromper aquel lugar rebosante de felicidad.
– Pero cómo es posible que tú sepas tanto.
Hirosi
cayó al suelo de desesperación y le contestó gritando:
– Es que acaso no sabes
que tengo además de visiones mi familia, lleva siglos protegiendo la villa en la
que vivimos, subnormal.
Enfadada
se largó y dejó a Daniel, su amigo, allí solo.
Al día siguiente intentó llamar a su amiga pero ella no cogía el teléfono ni siquiera estaba en casa. A
Hirosi le gustaba estar en su escondite secreto para desconectar, estaba
escondida en un árbol en medio del bosque, solo ella sabía el lugar exacto, también sabía volver a casa sin perderse ni una sola vez porque ella tenía memoria fotográfica.
Se quedó dormida en el suelo de su escondite.
Lo
que ella no sabía era que no podría
volver a despertar ya que se había sumergido en el mundo de los sueños y el
señor de aquellas tierras era un fiel siervo del señor oscuro.
CAPÍTULO 2: EL
PROCESADOR.
Hirosi
se levantó de la cama, no sabía cómo había llegado a su casa otra vez y su amigo
Dani
estaba con ella:
– No te
enfades pero me he colado por la ventana, estabas gritando en sueños y te
conecté esto en
la cabeza.
– ¿ Qué es eso?
– Se llama procesador de
sueños: si te tumbas en él, te ayudaré a que no te quedes para siempre, y darte
información desde el ordenador a tu mente; y otra cosa más, siento haberme comportado
antes tan …
- No te preocupes, además yo
fui muy grosera. Pero podemos hacer una cosa. Vamos a la fábrica abandonada y
desde allí operaremos todo. Así si mi madre entra, no se asustará de verte en mi
cuarto sin ningún pretexto. ¿Vale?
– De acuerdo.
En esa misma tarde se dirigieron al lugar y Dani ya
estaba allí fabricando una máquina que próximamente sería el procesador.
Mientras en la otra parte de la sala había un colchón y cables conectados a un
ordenador.
– Mira, mientras tú venias yo construía esto y también desde
el ordenador te proporcionaré armas, una armadura y la suficiente información
que puedo darte
– Gracias, Dani, eres muy
amable por tu parte. ¿Cuándo empezamos?
– Cuando quieras.
CAPÍTULO 3 : EMPIEZA
LA ACCIÓN.
Hirosi ya estaba en la
máquina, la cual le metía en el mundo de los sueños. Evidentemente estaba
nerviosa, y creo que tú también lo estarías si te fueras a meter en una máquina
que te sumerge en una pesadilla en la cual sufres y que no se te olvide de que eres
la primera persona, el primer ser vivo que la utiliza. En resumen, se disponía
a meterse en la productora cuando su amigo le informó de un par de cosas:
- Recuerda que ahora irás con
armas y con una armadura para estar más segura, y si todo va bien mi invento
funcionará. ¿Vale?
– De acuerdo, y solo una
pregunta, ¿tú podrías meterte a la vez que yo?
– Si, pero poco a poco vale.
– ¡Allá voy!
En el cielo se vieron luces pero, eran aros. Detrás de aquel montículo un ejército de por lo menos mil hombres y
seguramente un millón.
En aquel momento
Hirosi dejó de estar en el mundo de las pesadillas, Dani le había sacado
– Tuve la sensación de que
tenía que sacarte.
– No te preocupes, que ha
sido una decisión importante. Por cierto ¿qué hora es?
– Son las diez, llamé a tu
casa y dije que hoy cenarías conmigo por ahí.
– Gracias, Dani, hablando de
comer, ¿vamos?
– Venga.
A la tarde siguiente, un buen sábado, como siempre hacía, Hirosi estaba en la tienda de música. Cuando escuchaba su canción favorita se cortó y sonó un mensaje:
ES DEMASIADO. DEBES SEGUIR
Y NO PARARTE. RÁPIDD...
El mensaje se terminó así sin más. La voz que lo decía
tenia una amargura y era dulce. Sin pensárselo más veces llamó al móvil de Dani
y quedaron otra vez en la biblioteca. En cuanto se vieron Hirosi le preguntó
muy atosigada :
– ¿Dónde está el libro de la
mujer?
– ¿De qué estas hablando, Hiro?
– De la mujer, de la señora
de la vida.
– Se supone que debería estar
en esta sección -dijo mientras señalaba una estantería llena de libros
mitológicos-. Mira, debe ser uno de estos.
– Debería haber más. Mira si
es uno de estos. -Le dio entre dos o seis libros y siguió buscando.
– Exactamente ¿qué estamos
buscando? Dime.
– Mientras estaba en la
tienda escuché un mensaje y mientras volvía hacia mi casa escuché la canción
pero el mensaje no aparecía en ningún momento.¿ Y si me puedo comunicar con
ella? ¿Tú qué crees?
– En uno de los libros se
menciona que cuando la pitonisa estaba en apuros ella elegía a un ser vivo para
comunicarse y en este caso parece que eres tú. Pero es posible que fuera ella.
– Me alegro de que estés conmigo, Dani.
Le mandó una sonrisa y siguieron buscando. Ya tarde,
sobre las dos de la mañana, la biblioteca cerró y cada uno se fue a su casa.
Cuando solo faltaban cinco calles para que llegase a casa se desplomó en mitad
de la calle Al despertar estaba otra vez en aquella cabina. Cómo es
posible, ni ella lo entendía. Parpadeó y volvía a estar en la calle tumbada.
¿Qué había pasado? ¿Sería una visió
En cuanto llegó a casa sus padres le echaron la bronca,
en todo el día había desaparecido y ni siquiera había comido un poco. Le
encerraron en su cuarto y se dispuso a tumbarse en la cama. A la mañana
siguiente su puerta seguía cerrada y una nota que había sido pasada por debajo ponía: << Por haber llegado tarde y no haber aparecido por casa en
todo el anterior día se te ha castigado, y que sepas que en casa de Dani ha
pasado lo mismo. Además, tienes que estudiar. De papá y mamá.>>
A Hirosi se le había olvidado el
examen con tanto misterio. No paraba de pensar por qué sus padres no lo sabían y
evidentemente ella no se iba a quedar encerrada. Cogió su skater y salió por la
ventana en busca de Dani para ir a la fábrica. Ya en la calle de su amigo un
coche se acercó, tenía los cristales tintados
de negro y no se podía saber quién había dentro. Abrieron la puerta mientras seguía en marcha
y una mano alargada intentó coger a Hirosi, ella que es de reflejo rápido
patinó a la puerta de la casa de su amigo rápidamente. Pero cuando la puerta
se consiguió abrir el coche cruzó la
esquina con la niña dentro inconsciente. Afortunadamente se le cayó el skater
al suelo y Dani cogió la moto de su padre, aceleró y fue detrás del coche
siniestro.
Con motivo extraño el coche había aparcado enfrente de la fábrica y
estaba vacío. Dani cogió el arma de la guantera de su moto y se sumergió entre
las sombras de la fábrica. Ya allí dentro vio que estaban metiendo a su amiga
en la máquina. Pero él no la había terminado, ¿ cómo lo hicieron? Eso
explicaría que la noche que llegó tarde a su casa su madre le echó la bronca ya
no solo por llegar tarde sino porque tenía el cuarto sin otra definición hecho
mierda. En resumen seguramente hubieran sido ellos y eso explicaría el porqué de la falta de archivos. Esos señores habían convertido aquel lugar en un
laboratorio en condiciones.
Cuando se dio la vuelta había dos señores robustos el
doble de alto que él y los dos eran iguales. Entonces habló la persona que
estaba retocando la máquina:
-Muy buenas, me presento, soy tu explicación del desorden de tu cuarto, y el responsable y dueño de esto. No hace falta que te
presentes, se quién eres y lo que hacéis juntos.
– ¿Qué hacéis con ella?
– Atadle a él también.
– ¡ Hey ! La máquina está
solamente hecha para uno.
– Ahora no, joven, lo hemos
cambiado. Y sonrió de forma siniestra mirando una máquina más de interpretar sueños.
Los hombres forcejearon a Dani para meterle en una;
mientras Hirosi sumergida en aquel mundo de terror, esta vez iba con una
armadura negra de escamas y su pelo rosa estaba recogido en una coleta alta que
no dejaba fuera ningún pelo excepto un mechón en el lado derecho de su frente
que apenas llegaba pasando el ojo. Y Dani apareció de la nada junto a ella.
Nada más que por eso pegó un rebote y enseguida le preguntó:
– ¿No se supone que solo
podía uno?
– Sí pero lo han cambiado
ellos (una voz un poco robotizada les dijo).
– No os paréis y buscar las 30 piedras de poder, y
creedme, nosotros somos los buenos.
Durante la caminata en las dunas de cenizas los agentes
explicaron qué sucedía: hace tiempo una compañía tenía 15 piedras de poder,
cada una como un diamante de cuatro quilates, que en ellas se guardaban el
poder de las pesadillas y eran muy peligrosas, por ello estaban ocultas, hubo
una disputa y una batalla. Al final las quince piedras fueron treinta a partes
iguales. En el laboratorio en las que estaban se abrió un portal en el cual el
señor oscuro vivía o reinaba y se los llevó. Los cuales se utilizaron para
asaltar el reino de los sueños. Después de aquello todo es oscuro y miles de
niños y adultos sufren pesadillas y si mueres en alguna te despiertas muerto y
el alma absorbida. Por ello necesitan a Hirosi, que es la que recibe las
visiones y Dani porque le encanta aquello y sabe bastante.
– Chicos, se supone que hay un
cristal cerca, la fuente de maná es muy grande. Pero tened cuidado.
– Con que esto está muerto -dijo
Dani- y nunca mejor dicho.
No somos
los únicos que están aquí -dijo Hirosi con voz preocupada, de la nada salió
una criatura horrorosa-. ¡ Joder!
Al momento sacó la catana y el otro se la agarró por la
cintura y dijo: << Ya eres mía>>. Al instante ya sentía cómo sus
uñas estaban clavadas en ella y eran como clavos afilados. Dani le cortó la
cola de serpiente en un movimiento y mientras aquel ser gritaba de dolor le
cortó uno de sus brazos, luego otro y ya por último Hirosi sacó una bola de
fuego azul de sus manos. ¿Sería algún poder?
(Elvira, 1º ESO A.)
Historia fantástica
Un día me desperté y cuando
salía de mi casa observé que me encontraba en un lugar en el que todas las
casas eran iguales, del mismo color y forma; también las montañas en las que se
encontraba la ciudad eran iguales, pero lo que más me sorprendió fue que los
habitantes de aquel pueblo tenían el mismo aspecto que yo, hasta se comportaban
igual que yo. Me pellizqué para ver si era un sueño; para mi desgracia era tan
real como la vida misma. Decidí entonces explorarlo un poco para ver si había algo
diferente, y sí que lo había: en un callejón observé a tres clones míos que estaban planeando destruir el mundo provocando un agujero negro que absorbiera
la ciudad. No quería que muriera tanta gente inocente y decidí seguirles para
ver su laboratorio y detenerlos. Cuando creía que estaba a punto de salvar a la
ciudad, un hombre me cogió y me tiró contra una mesa; justo antes de que activara el
agujero negro, lancé una silla a los controles y conseguí romperlos y salir antes de que
estallara el laboratorio.
Detuvieron a los hombres y me dieron una medalla por lo que hice.Volví a
mi auténtico mundo por un portal que ellos hicieron.
(De Ángel Grima, 1º ESO A.)
sábado, 25 de enero de 2014
La vida de Ana
LA CASA DEL LAGO
Ana y sus padres tenían una casita al lado de un
lago.
En ella pasaban todas las vacaciones. A Ana le encantaba ir allí.
La casa era de madera, tenía un porche con un
columpio que había construido el padre, tenía
grandes ventanales y una chimenea en el salón que encendían en invierno.
La casa estaba rodeada de árboles y en uno de
ellos Ana tenía una casita,”era su casita del árbol”.
Y justo delante de los árboles estaba el lago. Un
lago grande
y precioso que parecía de cristal, rodeado de
bosque y de
montañas.
El sitio era precioso, en primavera y verano era verde y en otoño e invierno solía estar nevado. Ana
era allí muy feliz.
Un día que iba paseando cerca del lago con su
perro, se encontró con un pato herido por un cazador. Ana se lo llevó a la casa
y con la ayuda de sus padres y mucha paciencia lo curó.
No quería separarse de él, porque le había cogido
mucho cariño, pero su padre le explicó que era un animal salvaje y que debía devolverlo
a la naturaleza.
Una mañana que ya lo vieron fuerte, decidieron
llevarlo al lago.
El animal estaba asustado al principio, y Ana se
encontraba muy triste por tenerse que despedir de él.
Al llegar a la orilla, no se movía del lado de Ana,
pero poco a poco y despacio fue hacia el agua. Al animal también le daba pena
irse del lado de Ana. Él también quería mucho a Ana, que lo había tratado muy
bien.
Ana y sus padres se quedaron allí mirando cómo el
pato se alejaba por el lago, y decidieron seguirle por la orilla a ver a dónde
iba. Estuvieron un rato detrás de él, en un momento se les perdió de vista pero
luego lo volvieron a encontrar entre unas ramas; al acercarse, Ana vio con
sorpresa que había un nido con patitos. Había cuatro patitos pequeños y uno más
grande.
Ana llamó a sus padres, con mucha ilusión y alegría.
Todos se quedaron mucho rato mirando cómo el pato
estaba allí en el nido con sus patitos.
Desde esa tarde, Ana iba todos los días hasta el
nido y les llevaba comida y los miraba encantada, era su pasatiempo favorito.
Pero un día que se dirigía hacia allí como
siempre, vio unos hombres con escopetas que iban en la misma dirección que
ella.
Ana se asustó y comprendió que eran cazadores,
quizá los mismos que hirieron a su pato, semanas atrás. No sabía qué hacer, tenía
que salvar al pato y a su familia.
Entonces se escondió entre los árboles del bosque
observando a los cazadores que estaban cerca del nido. Cuando vieron el nido,
se pusieron en posición para dispararles, Ana estaba aterrorizada y empezó a
gritar como una loca y a hacer ruido para que el pato y los patitos se
asustaran y se fueran de allí.
Dio resultado porque los patos huyeron corriendo
por entre las ramas y el agua del lago y desaparecieron.
Los cazadores se quedaron sorprendidos y Ana salió
de su escondite y muy valiente les dijo que eran su familia de patos y que los
dejaran en paz, pues eran pequeños. Los cazadores que tenían hijos de la edad
de Ana, al verla tan apenada, se sintieron mal y le prometieron que no volverían.
Ana había salvado a la familia pato.
Alba Martín Mariscal, 1ªA
sábado, 18 de enero de 2014
Recuerdos de una pesadilla
Hace ya un tiempo de esto, y me acuerdo de poco. Lo único que
recuerdo es aquella ciudad, con sus altas farolas, que, con su brillo
anaranjado, daban un ambiente a la noche tétrico, las casas estaban
deshabitadas y la madera podrida de puertas y ventanas producía un chirrido estridente, el único ruido de aquella noche. Mientras paseaba por aquella ciudad, vi un
encapuchado que estaba de pie en una esquina oscura, me acerqué a ver quién
era, entonces levantó la cabeza, no era de este mundo, tenía la cara cubierta
por una máscara. Pronunció unas extrañas palabras y, a su espalda, apareció una
especie de sombra, y, en sus manos, surgió una espada y la clavó en el suelo,
entonces unas llamas de color azul crearon un pentágono, en cuyo centro estaba
el ser aquel. Intenté huir, pero no lo conseguí, mis pies caminaban hacia el
centro del pentágono, eso es todo cuanto recuerdo, desde entonces estoy aquí,
perdido en este extraño lugar. (De Antonio Martínez, de 1º ESO A.)
Daniela, mi vida
Voy a contar la
historia que me paso hace cinco años en una ciudad de Andalucía, Granada. Me llamo
Daniela y tengo 14 años. De pequeña viví una historia bastante mala y por tanto
la quiero compartir con vosotros. Yo vivía en un pueblo de Granada, Guadix. Cuando nací, mi
padre desapareció; mi madre, María, me tuvo que cuidar desde entonces. Éramos, en esos tiempos, una familia muy humilde y bastante pobre. Mi madre
tuvo que dejar el trabajo porque no nos podía cuidar a mi hermanos y a mí. Se
ganaba el dinero pidiendo ayuda a mi familia: mis titos,mis primos, mis
abuelos.... Cuando nos fuimos haciendo más mayores, mi familia ayudaba cada vez
menos a mi madre.
Pasaron dos años y
mi padre apareció en mi casa. Mi padre decía que se tuvo que ir por problemas
de trabajo, todos sabíamos que estaba mintiendo. Yo vi discutir a mi madre y a
mi padre en la cocina. Yo estaba arriba escuchándolo todo. Mi madre le dijo que
nos tendrían que meter en un internado porque mi madre no tenía dinero para
cuidarnos y mi padre no se quería hacer cargo de nosotros. Se lo conté a mis
hermanos. Bajaron a hablar
con mis padres, yo entonces tenía solamente cinco años, mis hermanos me
dijeron que no me metiera, que ellos iban a hablar con mis padres. Después de hablar
con mis padres, mis hermanos subieron bastante tristes, casi llorando. Yo les
pregunté que por qué lloraban y ellos me dijeron que nos tendríamos que despedir
de mi familia. Porque otra familia nos iba a acoger; yo, la verdad, no los
entendí.
Al pasar un año nos
llevaron a casa de una familia, mi madre me dijo que no me preocupara, que nos
íbamos a quedar con esta familia a vivir porque ella no nos podía cuidar más.
Ahora que tengo 14
años, vivo en Jaén, con mi familia nueva. Estoy muy contenta porque nos
tratan muy bien, a mis hermanos y a mí.
Es una historia que
a mí me dolió mucho pero pienso que si mi madre no nos podía cuidar hizo lo
mejor, porque nos buscó una manera de que nosotros fuéramos felices. Mi madre
de ahora deja que nos vayamos con María (mi madre) para pasar un rato con ella.
Las dos mujeres son
muy amigas, yo nunca pensaría que iban a tener esta relación.
(De Jennifer Fornell Criado, de 1º ESO A.)
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